Ayer estuvo todo el día lloviendo y esta noche la lluvia ha caído sin parar hasta el amanecer. Ayer cené en un bar. Aparqué el coche en la calle de al lado pero cuando llegué al bar estaba empapado. Caían los rayos y con los truenos vibraban los cristales. Se fué la luz y poco a poco la gente que estaba hablando animadamente, casi a gritos, se fué callando. Los del bar trajeron velas y las repartieron por las mesas, no eran velas de esas grandes y de olores, sino de aquellas largas y blancas de toda la vida. Mirábamos por las cristaleras hacia afuera y veíamos a la luz de las farolas como la lluvia llenaba el aire y llenaba de espejos el suelo. Y retumbaban los truenos y la gente hablaba bajito, como con respeto. y yo pensaba: Hace miles de años que vemos esto; que vemos llover con conciencia de lo que es la lluvia, de lo que es el fuego, de lo que puede llegar a hacer la naturaleza. Tenemos una tecnología que hace unos años no podíamos siquiera imaginar, nuestro mundo se rige por las leyes del comercio globalizado, tenemos unas sociedades teóricamente cada vez más avanzadas, pero una noche de lluvia, nos quedamos a oscuras y nos comportamos pese a todo eso como animales asustados.
Viendo aquellas caras a la luz vacilante de las velas, mientras llovía en la noche cerrada pensé que en el fondo no somos más que eso.
Hola M, qué bueno es tu blog, me gusta, te seguiré a ti también!!!!
ResponderEliminarUn beso desde Lisboa!
Nos asustamos por que la naturaleza es algo que no podemos controlar, porque es algo que nosotros no creamos asi que no sabemos como controlarla.
ResponderEliminarAca en Ecuador insular estamos igual de lluviosos...
Una abrazo para el miedo!!!
Frente a la naturaleza siempre nos quedamos de manos atadas y sin nada que decir/hacer..
ResponderEliminarCuando la naturaleza se enoja nos recuerda que nosotros estmos subordinados a ella y no al revés..
Es increíble lo ensañado que está el hombre en querer cambiar los roles, que celoso que el hombre de la sabiduría de la naturaleza, no?
Saludos cordobeses!
Hola M.
ResponderEliminarMe alegra verte de nuevo. Ver de nuevo la lluvia.
Me encantó este este texto. Tuvo que ser una experiencia mágica cenar en un restaurante a la luz de las velas, sin electricidad. A veces algo simple se barniza de un brillo espectacular.
Eso es porque cuando desaparece algún artificio que nos hace la vida más cómoda tomamos conciencia de lo que es el mundo en realidad. Nosotros no nos adaptamos al entorno, lo modificamos a conveniencia nuestra; así que cuando se va la luz, la oscuridad nocturna se magnifica ante nuestros ojos, porque hace demasiado tiempo que hemos olvidado cómo es realmente la noche. Y en parte nos asusta. "Sabemos" que la luz volverá, pero en ese momento la oscuridad es tan naturalmente real que nos enmudece.
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