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lunes, 10 de octubre de 2011

Sobre canguros y gilipollas

Me gusta leer. Es un hecho. La cuestión es que hasta hoy a mediodía estaba leyendo un libro editado en 2010 y titulado "De focas daltónicas y alces borrachos".
El periodista científico Jörg Zittlau nos explica por qué tantas especies de animales han podido eludir el proceso de selección natural, gracias a la suerte. Y lo hace con humor y un lenguaje totalmente accesible al más puro estilo de un libro de anécdotas, pero sobre animales.
Eso es lo que dice entre otras cosas una reseña que he encontrado en la web y que intenta promocionar el libro.
Me gustan los libros de divulgación científica. No todos, claro. Prefiero los que saben conjugar la amenidad con el rigor. Hay muchos y muy buenos. Pero este no es el caso.
Hablando sobre hipopótamos, por ejemplo, escribe:
"...hubiese sido mejor que estos animales se hubieran marchado entonces a las anchuras de los océanos. Pues ellos cultivan un trato bastante intenso con sus excrementos. O digámoslo mejor de otra manera: se pasan el puñetero día arrojando mierda."
De colegui a colegui está bien. El buen rollito y el lenguaje innecesariamente soez. Pero bueno: Esto se puede discutir. Lo que ya me pareció de juzgado de guardia es el siguiente comentario que intenta demostrar que los canguros son "atontados y bobos":
"El cerebro de un canguro gigante pesa cincuenta y seis gramos. eso es muy poco en contraste con un peso corporal de treinta y cinco kilogramos, de modo que el cociente de peso cerebral en gramos y de peso corporal en kilogramos alcanza el de 1,6. En comparación: una mujer de la raza humana con una masa cerebral de mil cuatrocientos gramos y sesenta kilogramos de peso poseee un cociente de más de 23, y hasta un conejo con doce gramos de cerebro y dos kilogramos de masa corporal alcanza un cociente de 4,8. ¡Es tres veces el valor que ofrecen los canguros!
Cerré el libro al momento. Los comentarios os los dejo a vosotros.

6 comentarios:

  1. ¿Cuánto te costó el libro? :)

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  2. Montse: Lo cogí de la bilbioteca pública. Menos mal...

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  3. Pues menos mal que no lo compraste... menos mal...

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  4. Si!!! Menos mal!! Gracias por el dato.
    Me parece que mi querido presidente debio haberlos leido para hacer sus discurso!! El se expresa igualito!!!

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  5. Elysa: Sí, aunque suelo echar un vistazo antes a los libros que compro, igual habría colado y ahora no sabría qué hacer con él.

    Hayuni: Hasta de los libros malos se aprende algo. Aunque hay gente que ni por esas, da igual malos que buenos.

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  6. Caray, con el "sr. cientifico", desde luego, es el típico libro que el que lo escribe, lo mismo que el que lo publica, se cubren de gloria.
    Gracias por tu advertencia.

    Un abrazo.

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