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domingo, 6 de mayo de 2012

LA ENTRADA NÚMERO CIEN

Hay ocasiones a lo largo de la vida en que uno quisiera dar el do de pecho. Si tienes que morir, morir matando, si tienes que enfrentarte a algo que te asusta, hacerlo con entereza y echándole todo el valor disponible, si tienes algo que demostrarte, no arrugarte hasta que lo consigas por dificil que parezca.
 A lo largo de mi vida no han habido muchos episodios épicos, qué más quisiera yo. Recuerdo un enfrentamiento con el matón de mi barrio cuando yo tenía trece años o un partido de futbol en que el equipo rival nos estaba machacando y el entrenador viéndolo todo perdido me puso a jugar de defensa escoba pero yo me empeñé en marcar un gol, al menos uno, y ante el estupor general, cogí el balón y no paré hasta conseguirlo. Otra vez tuve que asistir a una persona a quien sobrevino un ataque epiléptico ante el bloqueo repentino de los que estaban siendo testigos del incidente. Hay otros ejemplos que me callo. Pero en el cómputo general de lo que hasta ahora ha sido mi existencia, no ha habido demasiadas ocasiones en las que hacer valer esa presencia de espíritu tan dificil de describir con palabras.
 Esta entrada es la número cien y quería que fuese algo especial. Elegir las palabras exactas, las frases perfectas y una historia única, pero en  lugar de ese do de pecho del que hablaba al principio, me está saliendo este gorgorito. No estoy seguro de si escribir estas líneas será lo mejor ante el bloqueo momentaneo que padezco. Quizás debería dejarme de zarandajas y liquidar esta entrada con una foto para no arriesgarme a escribir la peor entrada de la historia, porque sé que en este momento estoy jugando de defensa escoba y voy a acabar de escribir estas líneas sabiendo que hoy no soy capaz de marcarle un gol ni al arco iris.
Eso sí, en cuanto vea que el portero está adelantado le meto un zurriagazo al balón desde lejos. Que habrá que seguir intentándolo mientras haya fuerzas. Por algo dice la ley de probabilidades que existe una posibilidad entre millones de que si le das un bolígrafo y un cuaderno a un mono, acabe escribiendo El Quijote.
 Pues eso.

10 comentarios:

  1. Me paralizo, hasta enmudecer, cuando sé que los demás esperan algo determinado de mí.
    Cuando atraviesas moementos duros, dilatados, también sueles enmudecer... es el modo de resistir... de concentrarte.
    A mí me gustan más, los pequeños gestos diarios, o los que me cogen de improviso, incluso hasta mí misma, y me demuestran, que soy capaz de resistir, de levantarme, cuanto más siento que todo se pone en contra... No necesariamente, estos momentos, son los que nosotros creemos definidos como tales...
    Un saludo.

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  2. Pues a mi me parece una entrada sincera y muy bonita. Y si un mono armado con un bolígrafo podría escribir el quijote, imagina lo que podemos hacer nosotros que somos un pelín más listos (digo yo).

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  3. M..." lA ENTRADA NUMERO CIEN "

    Me ha encantado todo lo que has escrito, a mi me sucede lo mismo...cuando algo hay dentro mìo...descargo todo aquì en el teclado...y me digo que loca lo que he escrito...al releerlo quedo conforme, si es verdad y no miento...que màs sacar lo que tenemos adentro si no afecta a nadie...uno es como es jajajajj me encantooooo

    ¡¡¡Felicitaciones por los CIEN !!!

    un beso desde Argentina

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  4. Doris Dolly: Sí, sí... a veces tengo muy claro lo que voy a a escribir porque llevo un tiempo preparándolo. Otras en cambio escribo a bote pronto, como esta entrada. En fin...
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un beso.

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  5. Pues eso... No creo que se pueda escribir mejor entrada que esta. Suena cierta y verdadera y llega, te lo aseguro: llega.

    Besitos

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  6. Brisa: gestos grandes o pequeños, da lo mismo. Esa presencia de espíritu se demuestra cada día, pero me resulta más fácil de explicar quizás si la personifico en gestos más concretos, de ahí la búsqueda de una cierta épica, que sin duda me da más juego para escribir una entrada.
    Yo soy de los que no se paralizan ante una situación inesperada. O al menos yo lo siento así.
    Un abrazo.

    Ángela: Lo del mono que podría escribir el quijote es una posibilidad tan remota que en realidad es inapreciable, pero científicamente posible. O eso dicen quienes de verdad saben de esto.
    Eres muy generosa.
    Un abrazo.

    Elysa: Gracias. Esto de escribir un blog personal te permite mezclar a veces la realidad y la ficción. Así es como yo entiendo la escritura. En este caso, no me he inventado ni una coma.
    Un beso.

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  7. Verdad muy verdadera. Feliz entrada la numero 100.

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  8. Jajajaja dios... creo que debes de ser la única persona que se ha dado cuenta que hace tiempo que no publico, o que por lo menos se molesta en dejarme un comentario para decirlo. Me ha alegrado bastante :) Espero sentarme a escribir dentro de poco cuando tenga tiempo, 2º de Bachillerato absorbe todo el tiempo disponible!!!!!


    Y en cuanto a tu entrada, la verdad es que me he reído bastante jajaja Y tranquilo, no es la peor entrada de la historia, a veces cuando empiezo a escribir una pienso lo mismo y acabo por no publicarla, y luego resulta que le gusta a la gente, pero es graciosa y divertida, y hay varias frases que me gustan bastante. De hecho tienes mucha razón en las primeras líneas. Poca gente da ese do de pecho.

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  9. Miguel Iglesias: Muchas gracias por tu amabilidad. Un abrazo.

    Marlene: Suelo visitarte de tanto en tanto, como hago con todos mis habituales aunque no me prodigue comentando. Cada uno se impone su propio ritmo y tú haces bien en dedicarte a los estudios, ya llegarán las vacaciones...

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  10. Hola M.

    Muchas felicidades por tus primeras 100 entradas!!! casualmente estoy también por cumplirlas (tengo actualmente 99) y sé el valor que tienen cada una de ellas cuando son compartidas con tanto cariño y desinterés.

    Enhorabuena por las 100 primeras, y que se multipliquen más y más.

    Besos de mariposa!!!

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