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lunes, 6 de agosto de 2012

YO SOY

Mis manos. volteo las palmas despacio y observo los dedos, las articulaciones donde se flexionan, las líneas de la mano, el color de la piel. La piel. Recorro mi antebrazo izquierdo con la mirada y descubro esas manchas ligeramente más oscuras, esos lunares tenues. Las venas verdosas que se adivinan subiendo por mis muñecas hasta los codos. Mi pecho, mi estómago y mi ombligo. Me descubro ante el espejo mirándome el ombligo, por donde respiré hace mucho tiempo. Y me giro y me observo de espaldas y bajo hasta mis piernas que conservan aún la musculatura del futbolista que fuí y mis rodillas robustas y las espinillas, los tobillos. Mis pies ligeramente enrojecidos que jamás necesitaron un podólogo. Que me sostienen, que me llevan a todas partes. Que me han traído esta mañana hasta aquí, subiendo por la carretera, bordeando el bosque, desde la estación hasta mi casa. Mis ojos oscuros y almendrados cuyas pupilas se dilatan y hacen que en un momento pueda ver en la oscuridad, donde antes sólo había un espacio vacío. Mi cuerpo es solamente el vehículo de mi alma, una funda perecedera para lo intangible, lo inaprensible. Algo tan familiar y sin embargo tan frágil. Estoy aquí, me miro al espejo, observo mis manos. Puedo hacerlo. Suerte, reflejos y frenos. Una nueva oportunidad para observarme.

9 comentarios:

  1. Una entrada muy interesante M. Sobre todo en estos tiempos en los que rendimos tanto culto al cuerpo, ese vehículo al fin y al cabo, como tú muy bien dices, que alberga nuestra alma.
    El alma creo que la cultivamos un poco menos ¿verdad?
    Una entrada que invita a la reflexión. Gracias.

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  2. Eres tú mismo, y eso es lo único importante.

    Me alegra volver a leerte.

    Abrazos alados, M.

    Linda semana!!!

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  3. Ángela: Tienes razón, cultivamos mucho el cuerpo y poco el alma, pero hay tan honrosas excepciones...
    Gracias a tí por ser tan generosa.

    Diana: Es de lo que se trata. Yo también me alegro de que estés aquí.
    Un abrazo!

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  4. De vez en cuando está bien que el cuerpo nos recuerde que es algo más que eso de lo que nos quejamos constantemente, más que un saco de complejos. Todo el mundo dice que lo importante es el interior, pero no es cierto, depende de la funda que alguien quiera saber lo que hay dentro. Tienen que pasar situaciones extremas para que volvamos a adorarlo como lo que es. Suerte de la suerte, de los reflejos y de los frenos. Me alegro de que sigas aquí. Y a ver cuando nos enseñas esos ojos oscuros y almendrados.

    Un beso

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  5. Dorothy: Sigo aquí sí, aunque por poco... Y es cierto que el exterior te lleva al interior, aunque no estoy seguro de que ese orden de los factores sea el más justo. Supongo que como humanos, somos seres visuales y vemos el mundo y a quienes nos rodean primero desde el exterior. Y sobre los ojos... qué tímido soy jajaja.

    Another kiss for you

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  6. Nuestra funda perecedera, frágil y hermosa, aunque pocos lo entiendan. Me ha encantado leerla.

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  7. Creo que en gran parte, el exterior refleja nuestro yo más íntimo... pero hay que saber mirar...
    ¿Otra oportunidad? Es como un frenazo en una carrera de la que olvidamos el motivo por el que la iniciamos... A veces la parada es tan brutal, tan brusca, que acabamos tambaleándonos durante segundos; abatiéndonos hacia un principio o un fin, como si la duda nos abatiera... pero los pies ya están sujetos...
    Sigo por aquí...

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  8. Lydia: Son conceptos difíciles de comprender. Tendemos a creer que las cosas no son frágiles ni perecederas, cuando en realidad todo es una ilusión. Un fogonazo.

    El exterior puede ser un libro abierto o un cofre cerrado que contiene un tesoro secreto. No creo que haya una regla para eso. En todo caso, sí, la vida es una carrera y el frenazo que no te salva del golpe puede llegar en cualquier momento.

    Un abrazo.

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  9. Viene bien una mirada así al armazón que nos contiene, solo cuando falla, cuando se rompe y no puede sostenernos somos capaces de valorarlo y darle su importancia.

    Besitos

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