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sábado, 29 de diciembre de 2012

EL CHEF IMPOSTOR

Tartaletas de pollo con cebolla caramelizada
 y queso de cabra made in el menda. La guarnición,
como puede verse, no es para tirar cohetes.
Estoy leyendo El perfeccionista en la cocina, de Julian Barnes y me está gustando mucho. Es un libro atípico por el fondo y por la forma. En él, el autor, un consumado cocinero y antiguo crítico gastronómico, hace un repaso a sus recetas favoritas y a los libros de cocina que más le gustan mezclándolo todo con sus propias experiencias (a menudo cómicas) ante los fogones. Eso me ha hecho pensar que podría escribir una entrada culinaria y a ello voy.
Mi versión del Solomillo al Pedro Ximenez.
 No hay nada quemado, son pasas.  
Yo no soy ningún perfeccionista en la cocina. Tengo cierta habilidad para cocinar una docena de platos y eso me ha investido de un inmerecido halo de cocinero entre los que han tenido la valentía de probar mis condumios, pero en realidad mi método consiste en buscar una receta adecuada a mis gustos (nada de pies de cerdo ni de mollejas de pollo, por ejemplo) y que no sea demasiado complicada, que ya me encargaré yo de hacerla todavía más sencilla, echarle un poco de valor y un mucho de morro y a ver lo que sale. Si la cosa es sencillita y el aspecto y el nombre de la receta parecen de restaurante con estrella michelin, mejor que mejor. Así, por ejemplo, han cobrado fama entre mis escasos comensales el timbal de patata con trufa y salmón ahumado, el arroz marinero de mi abuelita, el sandwich de salmón con queso de cabra,el cuscús my way, los tomates rellenos con jamón de pato, el coulant de chocolate con frutas del bosque o el solomillo al pedro Ximenez. En realidad yo sólo leo las recetas para inspirarme y para ver qué hay que echar antes en la cazuela, porque después todo es relativo: cambio ingredientes si se me ocurre algo mejor (o que me guste más), varío las cantidades y simplifico las cosas hasta donde puedo. Nada que ver con el perfeccionismo, como puede verse. Sorprendentemente mis platos suelen ser casi comestibles e incluso cuando me invento algo (lo último fue una salsa de mostaza y mermelada de higos) el resultado suele rozar lo aceptable.
Por razones obvias, mi hijo es mi víctima más frecuente y aún así el más benévolo de mis comensales. Su veredicto, no importa el desaguisado (nunca mejor dicho) que se lleve a la boca, suele ser siempre el mismo: ¡Buenísimo! Sin importar que, hoy por ejemplo, mi versión de estofado de garbanzos y arroz en 25 minutos me haya salido con un ligero gusto a quemado.

27 comentarios:

  1. passando para agradecer sua amizade e que vc visite mais o meu cantinho http://3fasesdalua.blogspot.com/
    e desejando a vc e seus seguidores um lindo 2013.

    bjs

    Selma

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    1. Selma Nascimento: Então, muito obrigado pela sua visita e seu comentário, vou visitar com certeza. Desejo-lhe um feliz 2013.

      um beijo.

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  2. Evidentemente te has inspirado con el libro que estas leyendo, porque tu entrada culinaria terminó siendo anecdotaria y divertida.

    La cocina y el arte tienen mucho que ver, sin dudas.

    Muy linda las fotos! Un abrazo y un gran año 2013.

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    1. Guille Silva: Obviamente sí, el libro ha sido el que me ha inspirado la entrada, como ya he mencionado en el texto. Sí es cierto que la cocina y el arte tienen mucho que ver aunque no toda la cocina es arte ni mucho menos.

      Un abrazo y feliz 2013.

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  3. Yo leí el mismo libro hará cosa de un mes, lo encontré en el mercadillo, y también me hizo gracia. Sus dudas y problemillas son los míos en la cocina...cúanto se supone que es una taza, por amor de Dios? Tengo poca imaginación en la cocina y solo falta que me lo compliquen con inexactitudes...
    Ah, ese solomillo tiene una pinta estupenda.


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    1. Raticulina: Ya he terminado de leerlo y está bien, aunque yo esos problemas que tiene el autor, no los tendría: Si dice una taza de algo, agarro cualquier taza y la lleno más o menos. Y a rezar jaja.

      Ese solomillo salió buenísimo según mi hijo jajaja (Lo afirma ahora mismo, que está viendo como escribo esto).

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  4. Tienen una pinta estupenda M. Mi madre que era cocinera nos decía que a los guisos para que salgan bien, sólo es necesario aderezarlos con mucho amor y un poquito de tiempo.

    Besos desde el aire y feliz 2013

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    1. Rosa: Esos son los ingredientes más importantes, tu madre sabía muy bien lo que decía.

      Un beso, Rosa, feliz 2013 y gracias.

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  5. No he leído este libro de Barnes, pero me lo llevo apuntadísimo ya, con lo que me gusta la cocina... De todo lo que has dicho, sin probarlo, me quedo con el cuscús my way (que me pierde a mí un cuscús) y el coulant de chocolate con frutas del bosque (que me pierde también mucho un coulant si está bien hecho). Si tu hijo te dice que está bueno, créele, los hijos somos implacables con los padres en cuanto a cocina se refiere, por muy bien que cocinen, porque nos tienen malacostumbrados. Así que seguro que está riquísimo.
    Mis platos estrella son el estofado de cordero, el sushi, la moussaka, las empanadas de todo tipo, el rissoto (de lo que sea) y la pasta fresca a la marinera. De postre, tiramisú (ahora estoy experimentando a hacerlo de frutas) o tatin.

    Un beso

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    1. Dorothy: El libro está bien; es ameno y no le falta el humor, aunque los referentes anglosajones de Barnes son completamente ajenos a nosotros y tampoco entiendo muy bien qué pretendía con este libro, que me parece una rareza. Soy un impostor culinario en el sentido de que mi cocina no es lo suficientemente sofisticada como para merecer el apelativo de cocinero, pero aunque no he querido tirarme flores, lo que hago lo hago bien jaja. Para que mi hijo diga que algo de lo que yo le hago está mal, tendría que ser totalmente incomestible. Para él, todo está bueno.
      El sushi y el rissoto me pierden (soy muy de arroces) y el tiramisú... Por Diosssssss!!

      Un beso.

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  6. Julian Barnes es uno de mis autores preferidos, así que leí el libro, lo cual me da una idea de lo que te está generando su lectura, pero para poder opinar sobre tus platos, primero tendría que probarlos, no soy de creer tan fácilmente en alguien que se confiesa 'no bueno' para cierta actividad.
    Un abrazo.
    HD

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    1. Humberto Dib: A mí también me gusta Barnes. Este libro es una rareza.
      Haces bien en desconfiar, Humberto, aunque la verdad es que no soy de los que confiesan sus habilidades con facilidad.

      Un abrazo, gracias por tu comentario y feliz 2013.

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  7. Pues tal y como lo cuentas, me dejaría invitar por ti encantada.
    Esto de la cocina es creativo y no tiene misterios: o se tiene mano y criterio para combinar alimentos o no se tiene. A veces se puede caer el resultado, a veces; pero intuyo que tú tienes mano tal y como te explicas. Porque no sólo es buena comida la muy sofisticada; al contrario, como tú creo que hay que simplificar al máximo las recetas.
    Enhorabuena por esos platos que tienen nombres tan atrayenytes, como los fotografiados, con una pinta estupenda.
    Un abrazo y feliz y gastronómico 2013.

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    1. Isabel Martinez Barquero: Lo primero de todo: Ya he leído todos los cuentos de tu libro, que me parecen buenísimos.
      La cuestión es que a mí me cuesta juzgarme con benevolencia, así que dejarse invitar a comer en mi casa es una prueba de fe, supongo.
      Los nombres de los platos son lo de menos, puedes exagerar todo lo que quieras y la prueba está en la Tembladera de azucar y huevo al golpe de calor en su espejo de caramelo. ¿Sabes lo que es? Te doy una pista... empieza por F jajaja.
      Un abrazo Isabel.

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    2. Bien que me agrada que te hayan gustado esos cuentos, es una alegría que me das.
      Y en cuanto a lo que me preguntas.... Ni idea, pero me ha entrado la risa. Espera, espera... Si empieza por efe ha de ser... un FLAN. Jajajja, me encanta el nombre: tembladera de azúcar y huevo al golpe de calor en su espejo de caramelo, jajajaja. Luego dicen de los poetas, sí, sí. Anda que algunos chefs....
      Un abrazo y gracias por las risas.

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  8. La cocina del día a día suele cansar, pero cocinar por gusto eso es creativo y hay que ser un poco osado para innovar, pero no tanto, sobre todo cuando tienes invitados.

    A mí me gusta la comida poco elaborada, pero con muy buena presentación y que prime la calidad de los ingredientes. Y desde hace tiempo tengo una norma "media hora és suficiente" aunque algunos platos requieran más de preparación que de coción.

    Te propongo: salmón fresco al horno con guarnición de espárragos trigueros y una cigalas abiertas por la mitad con sal gorda y pimienta de colores.

    Te lo cambio por tu salomillo, que tiene muy buena pinta.

    M, que el 2013 sea especial para ti y que se cumpla alguno de tus sueños. Buscaré el libro que comentas, parece divertido.


    Muchos besos,


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    1. Tesa Medina: Si tengo invitados (cosa harto infrecuente) no innovo nada, se trata de cocinar algo con resultados probados, por si acaso. la verdad es que tus gustos culinarios me los aplico sin dudar y ese plato de salmón que me has propuesto parece excelente. Indagaré más sobre él, aunque con sentido común, parece muy fácil de hacer.

      Yo también te deseo feliz 2013, Tesa y espero que tu estancia en los madriles esté siendo de rechupete ;)

      Un beso.

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  9. Disfruto con las aficiones de los demás. Creo que yo también diría !Buenísimo!, aunque si lo prefieres también se puede sugerir, pero nunca destrozar o despreciar la ilusión que cada uno ponemos en todo lo que hacemos.
    Besos, M.

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    1. Pat.mm: Yo soy de los que nunca diría que algo está malo si quien lo ha cocinado lo ha hecho con ilusión.

      Un beso, Pat.

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  10. lo importante de todo lo que cuentas es que te pones y lo haces, ahí está el verdadero mérito (para mí)... después claro, hay cosas que salen mejor y otras peor, como todo en la vida.

    a mí, tu solomillo, me gustaría mucho... que dicho así puede parecer otra cosa... je je... pero es que solomillo y pedro ximénez sólo puede ser una mezcla buena porque si buenos son los ingredientes...

    y no hay más que hablar.

    a comer!

    biquiños,

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    1. Aldabra: Es verdad, todo es ponerse. Es cierto que buenos ingredientes suelen dar buenos resultados, pero la mano del cocinero también cuenta, me temo.

      Un beso.

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  11. La leí al poco de publicarla, aunque iba con prisas, y no me gusta comentar nada corriento, aunque sea una línea. Yo creo que hábilmente, tiras por lo bajo catalogándote, y así todo lo que suceda después, es ganancia... Suelo usar esa táctica, jajaja. Sólo te digo que las taraletas con el queso de cabra y el solomillo con las ciruelas, me hicieron babear...

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  12. brisa: Jajaja... algo de eso hay, pero guárdame el secreto. No, la verdad es que soy un cocinero bastante malo, Ferrán Adrià me tacharía de despreciable, pero bueno, yo me lo paso bien, que es de lo que se trata y soy el primero en probar lo que guiso, por si acaso ;)

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  13. ¡Aaaah! Ferrán Adriá no me seduce en absoluto...

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  14. brisa: A mí no me gusta como personaje y sus creacciones, con todo el mérito que puedan tener, tampoco me gustan porque considero que son demasiado complicadas y artificiales.

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  15. De alguien que realmente tiene un conflicto personal con la cocina, créeme, sin probarlo ya puedo confirmar que cocinas bien. Para empezar pones ganas, buscas platos y lees libros de cocina, buen comienzo. Pero lo más representativo para mi es la creatividad, el mal cocinero nunca cambiaría ingredientes, es más, quedaría paralizado si le falta alguno, sería un auténtico drama. Un mal cocinero no se embarca en salsas con trufas, coulant o arroces, lo sabemos: fracaso asegurado. Mis amigos son en mi caso los que padecen por mi entusiasmo, que es lo único bueno que tienen mis platos, pero procuro no martirizarlos y tiro mucho de aperitivos que siempre sacan de apuros. A ver si retomo experimentos, siempre quise tener un plato estrella aunque el resto fuese un fiasco :)

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    1. Es cuestión de ponerse. Tener un plato estrella es fácil. Te buscas uno facilito y a medida que lo vas dominando, vas pasando un escalón más allá.
      La verdad es que a mí me gusta lo creativo. Intento serlo hasta arreglando un enchufe. No lo puedo evitar, así que en la cocina, lo mismo, aunque claro, voy con cuidado de no mezclar cosas antagónicas.
      Los aperitivos tienen muchas ventajas: Suelen ser fáciles de hacer, pones cosas variadas (con lo cual te sacudes el riesgo de un único plato que no guste), son agradecidos y hacen que fluya la conversación.

      un beso.

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