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domingo, 7 de abril de 2013

EL GOL

El día de la final, todo el mundo estaba nervioso. O quizás el nervioso era yo y a mí me parecía que estaban nerviosos los demás, pero el caso es que a la hora del partido, en el patio de los maristas, escenario del desenlace del campeonato, no cabía ni un alma.
Mi equipo había llegado a la final contra todos los pronósticos, incluidos los nuestros, y visto en perspectiva, creo que nadie podía creer en nuestra victoria, teniendo en frente aquella máquina de jugar al fútbol sala que eran los del equipo contrario: Deportivo Matadero, se llamaban. Y es que los gastos de equipación deportiva se los pagaba el matadero municipal. Deportivo Matadero. Menudo nombre y menuda contradicción.
Yo empecé el partido en el banquillo y los del Deportivo Matadero se adelantaron enseguida. Una cosa no era consecuencia de la otra. De haber estado yo en el campo, probablemente se habrían adelantado igual, pero yo era un delantero de los de mucho regate y poca pegada, y el Senra, nuestro entrenador, había decidido poner de salida a los defensas teóricamente más combativos, porque los del deportivo matadero, además de unos máquinas, eran unos armarios roperos con unas piernas como jamones por la parte gorda. Como en Bonanza no habían muchos eventos deportivos ni culturales, más allá de la elección de la reina del Guadalquivir, una vez al año y la procesión de la virgen del Carmen, el campeonato de fútbol sala despertaba pasiones difíciles de comprender, y aquel año, por primera vez en mucho tiempo, el equipo de Bonanza podía ganar la final y llevarse la copa, así que allí estaba medio pueblo: el director del colegio, el cura, la dueña del estanco, el jefe de la casa cuartel de la guardia civil, Manolo el barbero, los prácticos del puerto, Nicolás, el loco de la catata, el farero, el dueño del bar perrera y trescientas personas más que nos animaban cada vez menos a medida que los goles del Deportivo Matadero iban perforando la red de nuestra portería. Nada que hacer, aquel partido no lo íbamos a ganar. Así que cuando a falta de diez minutos para el final, y con un cuatro a cero en contra, el Senra me dijo que saliera a jugar como defensa escoba, yo decidí que ya que no íbamos a ganar el partido, iba a meter un gol.
Ni defensa escoba ni hostias. Empecé a atacar por mi cuenta a pesar de los gritos furibundos del entrenador, amenazando con sustituirme. Pero total, ¿qué podíamos perder?. A falta de un minuto, jugada por la banda. Regateo a uno, me sale otro, hago un cambio de ritmo y me voy pegado a la raya, llego al área pero demasiado escorado. Tiro con la derecha, el portero rechaza con la mano y el balón, a cámara lenta me va cayendo, como a Ardiles en evasión o victoria, justo delante. Como lo enganche lo destrozo, me digo y ahí que me viene, redondito y perfecto.
 Le doy y caigo al suelo porque justo después de darle yo al balón, el defensa más bestia del Deportivo Matadero, me ha dado a mí. Así que solo veo como la gente salta y mi perro, el tortilla, que se le ha escapado a mi hermana, viene hacia mí arrastrando la correa por el cemento del patio y dejando a su paso un rastro de cagadas.

17 comentarios:

  1. No entiendo nada de balones, pero me resultó muy gráfico y divertido como relataste el partido.
    El verdadero golazo fue el de Tortilla, con su entrada triunfal a la cancha.
    Un abrazo.

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    1. Mirella S: Sí, lo del perro fue lo mejor. Vino a lamerme las heridas, no podía decir eso de que el perro no era mío jaja.

      Un abrazo Mirella y gracias.

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  2. No sé si será verdad o no, pero lo parece.

    Un beso

    PD: ¿El farero también estaba? ;)

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    1. Dorothy: Sí que lo parece, ¿verdad?... lo recuerdo como si fuese ayer.

      El farero estaba acostumbrado a tener una vista privilegiada de todo, of course jaja.

      un beso.

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  3. Esto es la resaca del partido de ayer???? :)

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    1. montse: No. Ni siquiera suelo seguir los partidos por la tele. Es más, me he sentado sin tener una idea certera de lo que iba a contar.

      Un beso.

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    1. Claudia Hernández: Muchas gracias, Claudia. Es estupendo que te haya gustado.

      Un saludo.

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  5. Me ha hecho mucha gracia, leerte escribiendo en términos de auténtico futbolero, y me ha dejado, cavilando, el giro tan radical en la forma de hacerlo, en cuanto a todo lo anterior leído. Me gusta ese giro; es como otra arista...

    Un beso.

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    1. brisa: No sé si es un giro radical, pero de vez en cuando cuento episodios de estos. Todo tiene cabida y todos tenemos aristas más o menos visibles.
      Me alegro si te ha gustado.

      un beso, brisa.

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  6. Buenos días!! Parece sorprendente, increíble espero que sea una historia real pues seria asombroso
    Que tengas un feliz día

    Un abrazo en la distancia pero cercanía de los corazones.

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    1. lola: Sí, es basicamente cierto.

      feliz día también para ti y muchas gracias por tu comentario.

      Un abrazo, cercano entonces.

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  7. argggg, lo siento M de mi vida, no entiendo nada de fútbol. No sé que es eso de defensa escoba ni esas vainas, usted me perdona, yo le cuento que me han gustado las formas y los nombres (ese perro tortilla) y la gracia de contarlo, y que me gustan todas las entradas de usted y que le dejo, humildemente un beso al lado de la portería.

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  8. Ángela: Como te he respondido antes en un comentario, te leo habitualmente desde hace mucho tiempo. No comento tanto, pero sí te leo con regularidad y difícilmente se me escapa una entrada... así que tutéame por favor.
    Me alegro que te haya gustado. Entender o no de fútbol es lo de menos. No pretendía escribir una entrada futbolística más allá de la anécdota y de la aparición tiunfal del perro.
    Muchas gracias por tu generosidad, Ángela. Recojo ese beso y te lo devuelvo con un pase medido ;)

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  9. Como todo lo que vengo leyendo tuyo, me ha encantado. Es genial la idea de que, al margen de ganar o no, ese corage esa certeza de que tenías que hacerlo, ese gol como meta sin importar nada más, es genial. Al final nadie se acuerda del resultado del partido y todos saboreamos el éxito del gol. Enhorabuena, gran historia.
    Un abrazo

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  10. Yo de escobas entiendo mucho, en vidas anteriores fui ama de llaves en una casa noble. De fútbol, cada vez menos, ya no hay defensas escobas ni líberos, y la Copa de Ferias tiene un nombre muy raro...
    Pero, por lo -poco también- que entiendo de relatos, éste engancha.
    Un abrazo

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  11. Un gol del honor. Nunca mejor dicho. ... y el Tortilla con incontinencia intestinal. Buen relato M.

    Cómo aficionado a los cuentos de fútbol, ¿Has leído este ?

    Saludos M.

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