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miércoles, 8 de mayo de 2013

SUEÑOS DE ORO

Dicen que Dalí dormía la siesta en un butacón mientras sostenía una cucharilla de café en la mano izquierda. En el suelo, perpendicular a su mano, ponía un vaso, de tal manera que cuando se dormía, la mano aflojaba la presión sobre la cucharilla y esta caía en el vaso, despertándolo con el ruido. Entonces Dalí se levantaba y se dirigía presuroso hacia el lienzo en blanco o el cuaderno de dibujo que tenía frente a él y bosquejaba rápidamente lo que durante el breve sueño le había venido a la cabeza. Era su manera de atrapar su subconsciente y reflejarlo en esas increíbles pinturas oníricas que conformaron su obra.
En algunos manuales de escritura creativa, he leído que es una buena idea tener un cuaderno y un bolígrafo sobre la mesita de noche para atrapar esas ensoñaciones nocturnas que quizás sirvan después para tejer una historia. Recomiendan escribirlas enseguida, recién soñadas, porque será tarde si esperas a la mañana, cuando se habrán perdido detalles importantes o no se recordará casi nada de ese oro puro que a veces destila nuestra imaginación cuando dormimos. Los que escribimos tenemos que estar atentos a estas cosas y apuntarlas siempre. Así que cuando esta noche me desperté de pronto a las dos y media de la mañana, entusiasmado con una historia increíble recién soñada, cogí enseguida lapiz y papel y febrilmente escribí el germén inicial de lo que yo pensaba que iba a ser el próximo premio planeta por lo menos. Después satisfecho de mis reflejos, visité el baño y volví a la cama a seguir durmiendo.
Hace un rato he abierto expectante el cuaderno para leer lo que escribí ayer durante la noche y he descubierto la genial historia:

"Una secta de puertorriqueños se queda con mi coche porque no arreglé los papeles"

16 comentarios:

  1. !ja,ja,ja....! Dalí era especial, pero tú, mucho más original!

    Besos,

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    1. Pat.mm: Ay!... mira que compararme con Dalí... jajaja

      Muchas gracias Pat, eres un sol :)

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  2. Interesante la anécdota de Dalí, no la conocía.
    En cuanto a lo del cuaderno de sueños en la mesita de luz, yo también lo intenté. El problema fue que después no me podía volver a dormir, quedaba despabilada y de los sueños apuntados tampoco pude sacar ningún provecho.
    El tuyo es realmente surrealista... ¡jajaja!
    Saludos.

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    1. Mirella S: Ese es el riesgo que se corre; no poderse dormir después. Yo no tengo problemas de sueño. Es una suerte.

      Los sueños suelen tener un componente surrealista más o menos oculto. Por eso Dalí era tan aficionado a pintarlos, supongo.

      Un saludo, Mirella.

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  3. Jaja, me encanta! Deberías desarrollar la idea a ver dónde te lleva. Me pregunto qué estarías soñando.
    Curiosa la genialidad daliniana de la cucharilla, y curioso el hecho de que viniendo de él no nos sorprenda. Nadie podía acusarle de que no buscase activamente inspiración, que por otro lado le sobraba.
    Nunca me cayó especialmente bien, sin embargo me muero por visitar su exposición en el Reina Sofía tan pronto como bajen las colas propias de los eventos recién estrenados, no me gusta compartir el espacio de un cuadro con demasiadas cabezas a esquivar. Es maravilloso lo que este señor creó.
    Gracias por la anécdota y mantén el cuaderno cerquita de la almohada.
    Un abrazo

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    1. Nurocas: Supongo que Dalí creó su propio personaje. A mí no me caía especialmente bien tampoco, pero bueno, es que ers un genio. Los parámetros son diferentes.

      Yo tampoco soporto las exposiciones atestadas. Cuando visité el museo Dalí, en Figueras, me gustó mucho. Me encantó.

      Mantendré el cuaderno cerca jajaja, espero que con mejores resultados.

      Un abrazo.

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  4. Jajajaja... ahora vendrá alguien te robará la idea y ganará el Planeta. Yo antes dormía con un cuaderno en la mesita, pero ahora me apaño con el bloc de notas del móvil. No es que haya salido nada bueno de ahí, pero sigo haciéndolo.

    Un beso

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    1. Dorothy: Es que tú eres una persona práctica y plenamente integrada tecnológicamente. Si yo medio dormido tuviese que escribir en el móvil... Diosss, no quiero ni imaginarme lo que saldría.

      Un beso.

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  5. Genial, es el inicio de la más grande novela del siglo XXI. Adelante, esta noche, la segunda línea.
    Un abrazo

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    1. Amando García Nuño: A eso le llamo yo optimismo jajaja.

      Nunca he conseguido soñar dos veces lo mismo. Pero no desespero.

      Un abrazo, amigo.

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  6. Pues sigue al igual encuentras al mesías en esa secta que te descubra la senda para parir una buena historia. Yo nunca dejo una idea por tonta que parezca ¿quién sabe? dicen que de las ideas más tontas salen luego derivan en grandes cosas.
    Besos soñadores.

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    1. Gloria: Yo tampoco dejo nunca las ideas tontas. La prueba es que sigo aquí, escribiendo lo que se me ocurre.

      Me temo que no creo en Mesias que me muestren el camino, pero gracias :)

      Otro beso para ti.

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  7. jajajjaajjajajajajajajajajaja ¡Que grande!
    ¡Me ha encantado este post! ¡Gracias por la anécdota de Dalí! ¡No la conocía! ¡Ahora cuando mi hermana me pregunte a las tres de la mañana que porque enciendo la luz y me pongo a escribir en mi moleskine, podre contarsela, y quizás me entienda un poco mejor!
    ¡Me gusta mucho su forma de escribir!
    Un saludo,
    Una que si cree en mesias que mueren por el camino... jaja

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  8. NoéAmeLepliage: No sé, dudo que tu hermana te entienda, aunque le cuentes la anécdota de Dalí. Me pongo en el lugar del otro y supongo que es un poco raro despertarse y ver a tu compañero de habitación escribiendo a esas horas, pero escribir tiene estas cosas. Cuando estás entusiasmado con una idea, da igual que tengas un huracán tras las ventanas, escribir es más fuerte que tú.

    Un saludo y muchas gracias por tu generosidad.

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  9. Esperé expectante la anotación del cuaderno. Leía las oraciones lentas para que no acabara pronto y, cuando por fin llegó, me hizo largar una carcajada. Me encantó!!

    (M)

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    1. DemasidoListas: Me alegro de que te haya gustado (M) aunque soy consciente de que también hay una dosis nada despreciable de generosidad en tus elogios.

      Muchas gracias!

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