"Todo el contenido de este blog (imágenes incluídas) es original salvo enlaces o indicación contraria."

jueves, 9 de enero de 2014

UN DÍA

Te despiertas. Te levantas y caminas hasta el baño. Haces pis, ves en el espejo tu cara somnolienta y te metes en la ducha. Tienes la conciencia de que aunque el agua no te atraviesa, se desliza sobre ti y te penetra. Eres agua y sientes la lucidez del recién despertar en que los sueños aún invaden la realidad. Te afeitas y te lavas los dientes, te vistes, coges la mochila, apagas las luces y cierras con llave. Tomas el ascensor y sales a la calle sin desayunar. Es de noche aún, cero grados centígrados en el termómetro de la fachada de la farmacia y esperas el autobús que te llevará a la estación. Recorres el andén y un resplandor difuso que se arrastra por las vías indica que el tren llega. Te sientas junto a la ventanilla y cierras los ojos, sintiendo el traqueteo dentro de ti mientras paralelo a la vía serpentea el río y puedes ver la luna en tu imaginación reflejándose en el agua. Bajas en la primera estación de la gran ciudad y caminas los veinticinco pasos que la separan de la boca del metro donde una mujer septuagenaria que ha pasado la noche allí sostiene un vaso de plástico verde hasta que tenga suficiente para tomar un café. Llega el metro y miras al resto de pasajeros que se arrastran a trabajar. Y te imaginas sus vidas mirando sus caras y sus zapatos.
Sales a la calle, caminas un poco y mientras comienza a amanecer llegas al trabajo. Trabajas, trabajas, trabajas, pasas por la máquina del café y te tomas uno. trabajas, trabajas, trabajas, comes, trabajas, trabajas, trabajas. Trabajas.
Sales a la calle al atardecer y regresas a casa deshaciendo el camino de la mañana. Lees "Melocotones helados" en el tren. Al fin giras la llave en la cerradura y llegas a casa. Dejas las cosas y bebes agua. Llamas por teléfono a tu hijo y le preguntas cómo ha ido su día de colegio. Cuelgas y piensas en la cena mientras te duchas. Te haces un sandwich, comes mientras hojeas una revista, ves los lápices y te apetece dibujar algo, abres el cuaderno y lo cierras en blanco a los diez minutos. Enciendes el ordenador y escribes esto en el blog, luego contestarás algunos comentarios que se atrasaron, darás una vuelta rápida por los blogs y las páginas de internet habituales, Mirarás por el ventanal y verás las farolas encendidas, apagarás todo y te lavarás los dientes. Te desvestirás y leerás "Archipiélago gulag" y te sentirás triste imaginando la vida de los presos. Te darás cuenta de que has leído la misma frase tres veces, que has estado flotando en el limbo entre los dos lados. Pensarás en una canción. Te levantarás, apagarás la luz y te dormirás.

11 comentarios:

  1. Y vuelta a empezar.

    Y de pronto tomas conciencia de que es lo mejor que te puede ocurrir, aunque maldita la gana de volver al bucle.

    Y vuelves.

    Y mas cosas.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Erik:¿ Qué es la vida sino un bucle que simula tener final y principio?

      Estamos en el bucle siempre, no hay nada más allá.

      Un saludo y gracias.

      Eliminar
  2. Está bien eso de pensar en una canción antes de dormir. Yo pienso en lo que llevaré al trabajo para poder dejarlo preparado y arañar minutos de sueño. Mis lecturas nocturnas son similares, o me "desmayo" o termino leyendo mis pensamientos antes de caer.
    Da cierta sensación de día de la marmota, esos días que hacen que sintamos como especiales aquellos en los que nada tiene que ver con esa rutina. Si te paras a pensar, como tu has hecho, al final el día está lleno de experiencias, personas y actos, seguro que más de una vez ese cuaderno no se cierra en blanco. Temo que hoy, a pesar de esta interminable gripe, voy a pecar de optimista y valorar ese día a día al que habitualmente tratamos con desdén.
    Feliz rutina M.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nurocas: Decía Dostoievsky que "Somos desgraciados porque no sabemos que somos felices". Supongo que hay mucho de eso. Es cierto que hay mucho de día de la marmota, pero yo no me siento Phil y quizás eso sea lo malo. Que lo soy y no me he enterado.
      Espero que tu gripe vaya remitiendo de una vez y que te encuentres mejor.
      Un beso, N.

      Eliminar
  3. Es la propia existencia que nos envuelve en el día a día. Cuando nos parece monotonía es simplemente nuestra forma de vida y sin ella no encontraríamos el sentido que nos impulsa a levantarnos cada día. Pero esto no debiera impedirnos renovar nuestro caminar y cambiar algún hábito, siempre hay algo por hacer realidad. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los días son monótonos, es cierto y sin embargo es dolorosa la conciencia de que se escapan.
      Un abrazo, Lumi.

      Eliminar
  4. ...visión de conjunto o visión parcial... Si miramos nuestras rutinas desde dentro, puede que podamos distinguir toda la gama de grises que hay a nuestro alrededor (desde la observación más nimia hasta la crítica más brillante). Si miramos esas rutinas con perspectiva, con cierta distancia, aunque sólo sea de un día para otro, puede que nos resulten algo insoportables... De todos modos, no hay que olvidar que son esas mismas rutinas las que a menudo nos salvan de tragedias mayores... ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sehpurpur: Nunca lo había pensado, que las rutinas pudiesen salvarnos de mayores tragedias, pero sí, tienes razón. Las rutinas también son un refugio. Prefiero verlo así. De cualquier forma, la rutina y la riqueza interior no están reñidas, o al menos eso quiero creer porque si no, estoy perdido.

      Un saludo!

      Eliminar
  5. Wow muy buena entrada! ...Es un dia comun y corriente, la rutina.Sin embargo la apreciación a la libertad que se tiene...al pensar en la privación de los presos.Se puede cambiar la rutina...Se es libre para elegir. asi como también muchas veces adoramos esos dias tranquilos, plenos ,para nosotros mismos.Muy buen texto. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Idolidia Glez: La rutina te da tranquilidad y como ha dicho Sehpurpur en un comentario más arriba, te salva de tragedias mayores. No todos mis días son rutinarios, aunque reconozco que un día modelo, de los míos, es muy parecido al que he contado.
      Muchas gracias por tu generosidad, Lidia.

      Un abrazo.

      Eliminar
  6. Pues sí, la vida suele ser bastante rutinaria. Por eso mismo hay que intentar aprovechar el tiempo libre al máximo.
    Por cierto, me gusta mucho cómo has descrito el transcurso de las horas de un día cualquiera.
    Eres muy concreto, con pocas palabras expresas mucho, como hacen los buenos escritores!

    ResponderEliminar

SI HAS LLEGADO HASTA AQUÍ, NO TE ECHES ATRÁS AHORA. NO ME PRIVES DE SABER LO QUE PIENSAS. TUS PALABRAS ME IMPORTAN.