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miércoles, 5 de enero de 2011

Los guantes del rey Baltasar

"Un africano que saltó la valla de Melilla consigue su primer trabajo como rey Baltasar en Madrid".

Me entran ganas de acabar el post aquí y dejar pensando al que lea esto. Pero no, lo siento.Ese “africano” como eufemísticamente lo llama el titular del periódico tiene un nombre: se llama Paul y llegó a España desde Camerún buscando una vida mejor. Salió de su país a la edad en que aquí los jóvenes se fuman su primer porro, o sea, muy pronto y tuvo que atravesar cinco países para al final, una noche sin luna, conseguir al fin esquivar a los guardias marroquies, llegar hasta la valla fronteriza y encaramarse en ella, aguantar el dolor de las cuchillas incrustadas en lo alto clavándose en sus manos, saltar al otro lado esquivando a la guardia civil y perderse en un bosque oscuro y desconocido, pero que ya era España.
Esta noche, día 5 de Enero, esas manos que probablemente aún conservan las cicatrices de aquellos cortes, se enfundarán unos guantes blancos para repartir caramelos a los niños. Los policías que le hacen cambiar de acera por miedo a que le pidan los papeles escoltarán su carroza en el desfile. Los abuelos, los padres y los enanos le saludarán con la mano viéndole pasar subido allí arriba y rodeado de pajes menudos con la cara tiznada de negro. Sin salir de su asombro (supongo yo), Paul lanzará sacos y sacos de caramelos en su recorrido por Madrid. Tomará en brazos a los más pequeños que le susurrarán al oído sus anhelos: un coche teledirigido, un videojuego, una muñeca…
Me pregunto si Paul dejó en su país hijos o sobrinos; y si estos creen en los reyes magos.
Esta noche muchos niños dormirán esperando el Alba soñando con esos juguetes que les ha de traer el rey Baltasar, un rey Baltasar de sonrisa luminosa y guantes blancos que esconden cicatrices. Cuando termine el desfile Paul entregará su turbante de fantasía, su capa y sus guantes impolutos y caminará hasta el albergue que durante tres meses le ha proporcionado una ONG, se irá a dormir pensativo, supongo yo. Quizás soñará con su familia, con su madre a la que siempre cuenta mentiras bienintencionadas por teléfono y con un nuevo trabajo, no tan fugaz como la estrella de Oriente que le guiará mañana. Mientras tanto miles de niños soñarán con él y desearán que sea generoso y que no se olvide de ellos. Lo hará seguro. Me niego a pensar que el rey Baltasar sea una mala persona.

1 comentario:

  1. hola! lei tu mensaje en mi blog...y no sé a que antiguo blog te refieres,ya que siempre he tenido el mismo. Ni tampoco sé quién eres, pero...ayudame a ponerme al día, jeje.

    Un abrazo!

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