La verdad es que de vez en cuando me entran ganas de irme a la playa y pegarme un baño aunque sea invierno. De vez en cuando siento la necesidad de ir contracorriente, de cometer actos de rebeldía, de romperle en la cara el carnet de conducir al primer policía de tráfico que detenga mi coche, de saltar al ruedo de una plaza de toros en medio de una gran faena con un capote verde y un spray de serpentinas y citar al toro y alegrar al torero ese tan serio, que quería salir por la puerta grande a costa de sangre. De vez en cuando me entran ganas de llegarme al salón de plenos del ayuntamiento, interrumpir una sesión y pagarle al alcalde mis multas de aparcamiento, que al fín y al cabo es un funcionario municipal. Me apetece mucho montarme en un vagón de metro (que no vaya muy lleno, eso sí), tocar una canción con mi armónica y regalarles un euro a los pasajeros, por variar un poco...
¿Por qué nadie baila en los tejados? ¿por qué ya no silbamos ni aplaudimos en los cines? ¿por qué a veces me parece que estamos muertos? Ver la tele no es la única opción, aunque pillemos un resfriado, pasemos una noche en la comisaría, el alcalde se cabree con nosotros, el torero salga de la plaza por su propio pie y los pasajeros del metro no se lo crean y rechacen nuestro dinero.
¿Piensas que estoy loco?... pues quizás deberías planteartelo un poco, porque a eso me refiero.
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Debe se porque estamos inmersos en un mundo de masas dónde somos manejados como títeres y sin siquiera darnos cuenta. Saludos.
ResponderEliminarA veces,tenemos un impulso que nos hace sonreir ....,lo dejamos ahi escondido,necesitariamos Un ätaque psicótico y eso da miedo.Bs
ResponderEliminar¿Quién da la señal?
ResponderEliminarQuienes vivimos en grandes ciudades, vemos ese tipo de gestos cada vez más lejanos y disparatados. Sin embargo, son necesarios para sentir la vida que dejamos en la silla, frente a la computadora, en el auto, el transporte público y en todos los sitios que conforman nuestra rutinaria cotidianeidad. Por ejemplo, es increíble cómo el sonreir a alguien a quien normalmente vemos (pero no miramos) en el supermercado, el darle las gracias y desearle un buen día, hace que el gesto de esa persona cambie. A veces no se necesitan grandes hazañas ni grandes logros para crear instantes que hacen que todo valga la pena.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario en mi blog. Barcelona es una ciudad que me trae muchos de los mejores recuerdos de mi vida, porque viví ahí en 1997, durante seis meses. Una ciudad hermosa en donde conservo amistades entrañables. ¡Un abrazo desde la Ciudad de México!
Xixe: Me da a mí que sí, que va a ser eso. Aunque creo que muchos sí nos damos cuenta. De eso se trata.
ResponderEliminarClara: No creo que sea necesario un ataque psicótico para salirse de vez en cuando de lo políticamente correcto, que es de lo que se trata aunque yo lo haya exagerado un poco.
Si tienes el impulso de sonreir, sonríe, que no cuesta dinero y alegrará la vida de quienes se crucen en tu camino.
Montse: yo te aviso, estate preparada .-)
Gota de luna: Pues sí...a veces una sonrisa puede hacer que cambien muchas cosas. Me alegro de que te guste mi ciudad. Aunque ahora vivo a unos quilómetros, en una población más pequeña, voy cada día para trabajar. Si la conoces supongo que ya sabes la energía que transmite.
Un abrazo.
Puede que a veces parezca que estamos muertos porque, en efecto, lo estamos. Es como una muerte a punto de suceder, mas bien, disminuido el pulso hasta quedar inmóvil, eso que pasa cuando la espontaneidad no es permitida, o es mal vista. Uno se retrae, al fondo de su propia esquina, pero camina queriendo correr hacia la playa. En el fondo, estar loco, asumir la locura como una cuota necesaria para mantenerse cuerdo, es un pecado, y el que no comete pecados, pues es como si estuviera muerto.
ResponderEliminarSusan: Si caminas queriendo correr hacia la playa no estás loco. Uno no es consciente de su propia locura. Aunque tienes razón en que la locura como una cuota necesaria para mantenerse cuerdo es un pecado. Quizás la clave esté en hacerse pasar por cuerdo (Sólo lo imprescindible).
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja, ¡me gusta!
ResponderEliminarLas inhibiciones, las inhibiciones...