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miércoles, 24 de octubre de 2012
SE ACERCA EL INVIERNO
Se acerca el momento de encender la chimenea, de aparcar la moto y coger el tren cada mañana, de poner el edredón sobre la cama, de prepararle a mi hijo una "cabaña de lectura" en el salón, con cojines y linterna incluidos, para las tardes de lluvia. Se acerca el momento de ponerme la bufanda negra y el gorro de lana. De sacar el abrigo verde del armario, de asar castañas en una sartén con agujeros, de los paseos solitarios por la playa, de levantarme antes del amanecer, de fregar los platos con agua caliente. De dormirme en el sofá, de consultar el termómetro de la fachada de la farmacia, de la lotería de navidad y del hielo en los charcos. Del hielo.
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Aún queda mucho para el invierno. Jo, mire que es usted tremendista.
ResponderEliminarPD; Yo también quiero que me haga una cabaña.
Jazz: Para la cabaña solo se necesitan cuatro sillas, unas mantas que las cubran por completo y una cantidad suficiente de cojines. Si le añades una linterna, el acto de leer, se convierte, para un niño, en una aventura en sí mismo.
EliminarA mi me encanta el invierno. Prefiero el otoño, eso tambien es cierto, el frio excesivo me molesta un poco, pero la verdad es que tal y como lo has contado resulta apetecible del todo!
ResponderEliminarEsa sensación del edredón en la cama... de la bufanda y los guantes, del abrigo y el fuego en la chimenea, es genial.
Ahora, lo que me ha encantado es la cabaña en el salón.
Genial.Tu hijo disfrutará de lo lindo. Hazla lo suficientemente grande para que quepáis los dos, debe ser genial refugiarse en ella.
Besos mediterráneos.
Gala: A mí también me gusta el invierno y creo que se me nota. El mal tiempo me vuelve más melancólico, pero bueno, debe haber un tiempo para todo.
EliminarSobre la cabaña... Yo ya tuve la mía hace muchos años. Ahora tiene un solo habitante. Como debe ser.
Un beso.
Hablas del invierno y casi siento el frío y la humedad y esos sueños en el sofá y echo de menos la chimenea que no tengo y siento el peso del edredón, pero me cuesta pensar en el invierno cuando los días son soleados y aún sobran las chaquetas, por finas que sean. Bonita cabaña de lectura.
ResponderEliminarun beso
Dorothy: No hablo sólo del invierno real. La cabaña de lectura es un espacio efímero pero imprescindible. ¿Nunca has tenido una? Si no tuviste una cuando eras niña, seguro que conoces la sensación de leer con una linterna en la cama, por debajo de la manta. Para un niño es mágico.
EliminarUn beso.
M., sé que no hablas sólo del invierno real, pero es que el otro lleva desde febrero conmigo, así que sólo puedo notar que llega el de verdad... Nunca tuve una cabaña de lectura, ¿cómo lo has adivinado? Quizás sea el momento de hacerme una, aunque ya no sea una niña.
EliminarUn beso
Dorothy: Desde febrero... ufff. Me temo que estamos congelados los dos.
EliminarNunca es tarde para hacerte una cabaña de lectura si la echas de menos. Eso sí, para estos casos hay unas lecturas mejores que otras, como tú ya sabrás. Imprescindible un buen cojín debajo de la cabeza.
Un beso.
Así leía mis tebeos... debajo de la sábana, con una linterna y la emoción de lo prohibido por estar leyendo cuando tocaba dormir.
ResponderEliminarAnónimo: Yo también leía tebeos así y hasta recuerdo una noche totalmente en blanco, con cambio de pilas incluidas, porque no podía dejar a medias un libro de "los cinco". Qué recuerdos...
EliminarHOLA
ResponderEliminarSOY DE ARGENTINA.
ME ENCANTÓ ESTE TEXTO QUE HAS ESCRITO CON MELANCOLÍA POR AQUELLO QUE TE ESPERA... A MI ME AGUARDAN LOS DÍAS CALUROSOS, LA PRESION BAJA, EL AGOBIO DE LAS TARDES Y LAS NOCHES... VACACIONES QUE NO LLEGAN, NAVIDAD CON AIRE ACONDICIONADO, LA GENTE ALEGRE Y DISPLICENTE, TODO EL MUNDO CORRIENDO... QUISIERA QUE FUESE OTOÑO.
UN BESO
ME QUEDO POR ACÁ.
lujanfraix.blogspot.com
MI SITIO PRINCIPAL POR SI QUIERES VISITARME.
CARIÑOS
Luján Fraix: ¿Te das cuenta?, parece que nadie está a gusto con lo que tiene. Se me hace extraño imaginarme las navidades pasando calor. Es lo que tienen las distancias.
Eliminar¡Tienes ocho blogs! Me he quedado impresionado por lo que he visto. Además están actualizados. Ha sido un placer visitarte, siempre lo hago con quienes tienen la amabilidad de dejar constancia de su visita.
Un abrazo.
Me gusta extraer fragmentos de los libros que leo, porque me identifique en algo, porque haya pensado en esa idea exactamente de la misma manera, porque sea hermoso o terriblemente esclarecedor. Las copio, las guardo, o guardo los libros con post it de los lugares en que se encuentran. Muchos días, en mitad de una actividad, que puede ser de lo más rutinaria, mi cabeza, precisamente por eso, va por su cuenta, y recuerdo tal o cual extracto. Si puedo, acudo a buscarlo y lo releo, si no, lo hago en cuanto puedo, incluso si pasan muchos días. Ayer, recordé una, y la leí, y hoy al leerte, ¿adivinas? Aquí va:
ResponderEliminar"El otoño trae tempestades. Cuando caen las hojas, el universo se desnuda. Queda la esencia de las cosas, el esqueleto de los árboles, el alma de los seres vivos. Los primeros fríos traen sorpresas." Cartas que siempre esperé.
brisa: Yo también tengo esa costumbre. Como no me gusta subrayar los libros, suelo dejar post it también o copiar fragmentos de esas lecturas en una pequeña libreta que suelo llevar encima. tengo varias libretas llenas.
EliminarCreo que ese fragmento es otra manera de decir, más acertadamente, lo que he intentado decir yo.
A mí también me gusta el invierno, la sensación de casa acogedora que nos defiende del exterior, la lluvia sobre los cristales, el olor de castañas asadas, las bufandas y los gorros de lana... Tú lo cuentas mejor aquí con este texto que huele a chimenea y promete aventuras de la fantasía en esa cabaña de lectura para el peque.
ResponderEliminarMe echo la manta del sofá y me quedo aquí tan a gusto.
Un abrazo.
Isabel Martínez Barquero: Siempre nos quejamos cuando se acaba el verano y comienza el mal tiempo, pero el invierno hace que apreciemos el verano, es necesario y a algunos hasta nos gusta. Los rituales del invierno también tienen su aquel, aunque anochezca tan temprano.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y bienvenida.
Me gusta el invierno. Acurrucarme debajo de una manta con un buen libro, ver la lluvia tras los cristales y el fuego en la chimenea mientras saboreo un cafetito, ummmm...
ResponderEliminarUna entrada con mucha nostalgia...
Besos desde el aire
Rosa: Eres de las mías entonces. Lo único que no me gusta del invierno es que suele sumirme en una "monotonía melancólica" de la que me cuesta salir. Todo lo demás es positivo para los que como yo, disfrutan con un libro junto a la chimenea.
EliminarGracias por tu visita y tu comentario.
Un beso.
Yo no diría más acertadamente; el fragmento que te incluí, es más "literario", el tuyo es más personal, emocional...
ResponderEliminarJamás subrayo un libro, ni doblo ninguna esquina, ni nada de nada :)
brisa.
brisa: La relación que establezco con los libros es de respeto absoluto, aunque sean libros de bolsillo estropeados por el tiempo. Da lo mismo, aunque el libro no me guste.
EliminarCompruebo, complacida, que te encanta el invierno como a mi. No nos olvidemos de esas imágenes de los árboles mecidos por la lluvia a través de los cristales helados. Ni de los relatos que surgen al amor de la chimenea escuando una canción de Sabina, tampoco nos olvidemos del olor del caldo de navidad, de la nieve en la terraza vistiendo los geranios de seda blanca...
ResponderEliminarmil besos para ti, M. Y un abrazo.
Ángela: Quizás todo esto que hemos escrito son tópicos, pero es que es así. Escuchar a Sabina junto a la chimenea e ir hilando historias es algo que no tiene precio.
EliminarUn beso, Ángela y gracias por venir.
Me encanta el olor que se queda después de llover; huele a invierno, a frío, a calcetines gruesos y a castañas asadas. A fines de semana en el sofá arropados con la mantita, viendo películas o durmiendo abrazados a lo que más queremos.
ResponderEliminarTe escribo desde, http://lavidaenlacornisa.webnode.es/blog/ porque me gusta tu propio rincón de pensar. Un saludo
Eso es lo mejor del invierno, sí.
EliminarHe visitado tu blog, supongo que es una dirección nueva, porque aún tienes pocas cosas aunque he leído que has escrito mucho anteriormente.
Muchas gracias por tu visita y por el enlace, me pasaré a menudo por tu casa a ver qué cuentas.
Un saludo.
Qué desfile de imágenes más logrado. Así parece que hasta no importa que llegue el invierno.
ResponderEliminarUn saludo
Miguel Ángel Page: Gracias, eres muy generoso. A mí no me importa, desde luego.
EliminarUn saludo.
Hola M.!
ResponderEliminarTendría que hacer mi lista de cosas casi-opuestas ya que aquí se acerca el verano, de todas maneras hay muchas cosas que pienso hacer como tu, mas allá de las distancias y el clima.
Un abrazo.
Guille Silva: Pues disfruta del verano y de todo lo bueno que ofrece. Aunque vayamos al revés, disfrutamos de las mismas cosas.
EliminarUn abrazo, amigo.
y po que eliges el hielo??
ResponderEliminarNo es cuestión de elección y en todo caso sería dificil de explicar. El hielo y el invierno son inseparables.
EliminarLeí en un cuento de Angela C. Ionescu que las castañas asadas sirven para calentar las manos y el corazón. Lo digo por el hielo.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Belinda: Estoy de acuerdo. El otro día compré un kilo :)
EliminarUn abrazo, Belinda.
Me va el invierno, en mi caso parece que me han puesto las pilas cuando llega. Todo lo que nombras me apetece, me alegra, es vida.
ResponderEliminarMe encanta ver esa cabaña para leer, hace tiempo que no la monto, mi hija ya tiene diecinueve pero ha disfrutado de ella.
Veo que el telescopio sigue ahí.
Besitos
Elysa: Cada estación tiene sus cosas buenas y el invierno nos hace valorar el verano, cuando llega. El otoño y el invierno me vuelven melancólico, un estado en el que me reconozco mejor que con una tabla de windsurf ;)
EliminarEl telescopio sigue ahí, sí. Y por mucho tiempo, espero.
Un beso.
del caldo gallego bien calentito, de las naranjas de Valencia, de las tormentas detrás de los cristales...
ResponderEliminarbiquiños,
Aldabra: Sí, todo eso también es invierno. ¡Y las mandarinas, que se me habían olvidado!
Eliminarun beso.
Soy una mujer de otoños e inviernos. Supongo que le va a mi talante romático y melancólico.
ResponderEliminarQue buena idea, M, lo de la cabaña para volver a jugar a aventureros con los nietos. Para volver a soñar con ser indio del Canadá, otra de mis cosas de niña.
Un beso,
Tesa Medina: Lo de la cabaña de lecturas no es nuevo, ni mucho menos. Cuando yo era niño ya montábamos cabañas en el salón con sillas y mantas por encima. Imagínate... lo que ha llovido.
EliminarUn beso.
Me encanta el invierno. Y sobre todo, los libros en invierno. Creo que es el mejor invento del mundo.
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