"Todo el contenido de este blog (imágenes incluídas) es original salvo enlaces o indicación contraria."

domingo, 24 de marzo de 2013

REFLEJOS

Sentado ante el ordenador, si giro la cabeza a mi derecha, veo mi reflejo en el espejo del armario. Ese reflejo es la verdad instantánea. Imposible escribir nada más fiel que eso, aunque muchas veces el reflejo no me guste. Supongo que a veces no me gusto yo. Supongo.
Sentado en un vagón del metro por la mañana, veo mi reflejo en el cristal de la puerta de acero que se cierra automaticamente. Llevo gorro negro de lana y chaqueta de corte militar. Una mochila baqueteada, que compré hace tres años en un bazar chino, cuelga de mi hombro derecho. El tren coge velocidad y miro los pies de los pasajeros. Puede saberse todo de una persona mirando sólo dos cosas: Su cara y sus zapatos. Pero yo miro los zapatos de la gente y pienso en el reflejo metálico de la puerta.
Me he dado cuenta de que en algunas tiendas de ropa ponen espejos que adelgazan. Unas veces es más evidente que otras, pero considero que es un timo comprar ropa pensando que te queda muy bien y en realidad te queda para que te den dos tiros. Nadie protesta. A todo el mundo le gusta verse más delgado.
Me resulta increíble pensar que durante siglos, no hubo espejos en los que mirarse, sólo el agua podía devolverte tu reflejo. Si no te gustaba, podías agitarla de un manotazo. No existía la anorexia, supongo que tampoco existía la coquetería. Los feos tenían la ventaja de que siempre podían pensar que les estaban mintiendo.
A veces miro mis fotos en carnets antiguos. El carnet de la biblioteca con dieciseis años, el carnet de conducir que pensé que había perdido y apareció después, el carnet de estudiante de la universidad, el carnet de identidad con la esquina cortada... Pienso que esas imágenes son reflejos antiguos. Imágenes de quien fui una vez y que ya no existe.
Hoy me he visto reflejado en el fondo de un vaso casi vacío. Un trozo de hielo deformándome la nariz. El peor reflejo de todos y tal vez el más auténtico.

8 comentarios:

  1. Los espejos son mentirosos y crueles con aquellos que no tenemos la suerte de haber sido bendecidos con la belleza. Debía ser maravilloso vivir en un mundo sin espejos, en el que cuando alguien te decía que eras guapa eras feliz creyéndole porque no tenías donde comprobar esa mentira.

    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dorothy: Venga, venga, exagerada, que no será para tanto jajaja. Me da a mí la sensación de que dices eso para ahuyentar moscones porque estoy seguro de que puedes creer perfectamente a quien te llame guapa, que te lo dirá por algo. A mí nunca me han llamado feo y sin embargo lo soy. No sé qué es peor.

      Un beso... guapa ;)

      Eliminar
  2. EME, me gustó muchísimo tu texto, con las consideraciones sobre tu imagen reflejada en distintas superficies. Y después verificar el paso del tiempo en viejos documentos, algo que todos hicimos alguna vez.
    Tengo un par de escritos sobre mirarse al espejo y, leyendo el tuyo, me dieron ganas de releerlos y tal vez subirlos al blog.
    Te felicito y no dejes de usar todos tus cuadernos (o de seguir comprando más)
    Abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mirella S: Muchas gracias. A veces te sorprende verte en esos carnets y comprobar las huellas que el paso del tiempo va dejando en tu rostro.
      Miraré tu blog, como siempre, a ver si te animas.

      Uso los cuadernos, claro, pero en realidad es que me gustan tanto las papelerías, que compro cuadernos y bolígrafos sin ninguna necesidad.

      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Hermoso texto, inundado de nostalgia, del pasado. Pero siempre seras el mismo, solo pasan los annos pero en si, nunca dejaras de ser tu.
    Un saludo cordial desde EEUU.

    ResponderEliminar
  4. Noris Marcia: Muchas gracias, Noris. Es cierto que los años pasan, y no pasan en balde, pero supongo que la esencia no ha cambiado demasiado. Espero que para bien.

    Un saludo muy cordial desde España, también para ti.

    ResponderEliminar
  5. ...es curioso, cuando voy en metro también me fijo mucho en los zapatos que lleva la gente... supongo que es menos indiscreto mirar al suelo que a los ojos de otra persona... Nuestra imagen es la suma de todos esos reflejos... Hay días en los que priman unos reflejos sobre otros... Días en los que salimos más favorecidos y días en los que apenas salimos... La cuestión es saber mirar y saber reconocernos en el reflejo de otros... :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. L.Becerro: Sí, es curioso como existe esa convicción, esa costumbre de no mirar directamente a los ojos de los pasajeros cuando vas en el metro.
      Tienes razón en que nuestra imagen es la suma de todos esos reflejos. Creo que los demás sólo perciben de nosotros un instante, la mayoría de las personas no saben quienes somos. A veces nosotros tampoco, pero si sabemos reconocernos en el reflejo de los demás, es un gran paso.

      Eliminar

SI HAS LLEGADO HASTA AQUÍ, NO TE ECHES ATRÁS AHORA. NO ME PRIVES DE SABER LO QUE PIENSAS. TUS PALABRAS ME IMPORTAN.